Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.
Nota (imagen): Fotografía de
Alice Liddell por
Lewis Carroll (1858).
bellísimo.
ResponderBorrarque versos tan dolorosos..
ResponderBorrarme encanta Ale, todo de ella es fascinante, tu blog está muy bueno. Saludos (:
ResponderBorrarme gusta visitar tu blog, te dejo este link por si no la viste (imagino que sí):
ResponderBorrarhttp://www.youtube.com/watch?v=Tz4tw-sJuAA
También han subido el segundo capítulo.
saludos
Sabes, me dio un golpe de corriente cuando leí tu poema.
ResponderBorrarAbrz.
Gracias a todos por sus visitas y comentarios.
ResponderBorrares hermoso...
ResponderBorrarEuge, no lo conocía. Gracias por tu hermosa recomedación. Ya subí el documental.
ResponderBorrartan cerca saber que no hay... cuanta belleza en su forma de decir una gran verdad amorosa... adoro este poema guillo
ResponderBorrarAlguien me puede explicar el tema de este poema ? y sus ultimos dos versos
ResponderBorrarHermoso
ResponderBorrar