Detrás de un muro blanco la variedad del arco iris. La muñeca en su
jaula está haciendo el otoño. Es el despertar de las ofrendas. Un jardín
recién creado, un llanto detrás de la música. Y que suene siempre, así
nadie asistirá al movimiento del nacimiento, a la mímica de las
ofrendas, al discurso de aquella que soy anudada a esta silenciosa que
también soy. Y que de mí no quede más que la alegría de quien pidió
entrar y le fue concedido. Es la música, es la muerte, lo que yo quise
decir en noches variadas como los colores del bosque.
***
Texto: "Las promesas de la música" del libro
Extracción de la piedra de locura (1968).
Imagen: "Armonía" de
Remedios Varo. Imagen tomada de
Mon musée imaginaire.
Buscamos poder cultivar con el “pobre sentir de la palabra”, algún aspecto sensible que explique interiores y suministre buena cosecha…
ResponderBorrarUn abrazo.
Cuando el arcano se apodera demasiado,
ResponderBorrarla primera clave: El Sol,
la segunda clave: el Sí.
Paliativos a los intervalos disonantes de todos los Mis míos de mi Mí.
h
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