10.11.15

Conversando con Alejandra Pizarnik



                         Alejandra Pizarnik (In memoriam)

                        "He tenido muchos amores -dije-
                         pero el más hermoso fue mi
                         amor por los espejos". A. P.


Vos, Alejandra,
que te erigiste en pájaro mitológico,
cantando abismos de silencio y palabra,
¿qué abominable destino
te impidió desovar luz allí mismo,
en los meandros de tu mente,
consagrada al ulular de los vientos
que la noche al primer sueño amarra?

Vos, que pudiste amar los espejos,
quizá los mismos que a Borges tanto horrorizaban,
¿cómo no encontraste -en tu visión última-
la imagen prístina que te reconciliase
con la verdadera Alejandra:
aquella que puede conjurar pesadillas
de rostros incendiarios,
para que ella te abriera paso
a la mayor de las auroras:
la que te hubiera nutrido con tu esencia y linaje
de soñadora impenitente,
capaz de atravesar todos los fuegos
para acariciar la rosa distante
y nunca temer sus espinas,
convirtiéndolas -con alquimia de sigilosa lucidez-
en peldaños que te llevaran -sin escalas-
en espiral hacia el Infinito?

Vos, Alejandra,
que arremetiste contra el velo
detrás del cual nos contemplan
nuestros ancestros y aún los dioses,
sin importarte las admoniciones del Dante,
¿a qué poeta iluminado comunicarás
tu privilegiada visión,
lejos por igual del dolor y la apatía?

¿Cuánto habré de preguntarte
antes de que una misma luz
nos permita disfrutar de un eterno presente
jugando a dialogar,
con la íntima certeza de sernos uno,
-olvidados de nuestros nombres
y de la vana insistencia
en sentirnos cuerpos distintos-,
ya sin la sombra de ser, vos, la hechicera
y yo, el hechizado?



***
Texto: poema de Rafael Roldán Auzqui.
Imagen: Alejandra Pizarnik, fuente desconocida.

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