27.6.16

Todo sustituible. Todo reemplazable. Todo puede morir y desaparecer...




Sábado, 24 de noviembre [sic]


Todo sustituible. Todo reemplazable. Todo puede morir y desaparecer: detrás están los sustitutos, como en los parques de diversiones esos muñecos que caen a cada tiro de escopeta y son súbitamente sustituidos por otros y otros. Es decir, que no hay nada que obligue a vivir, ni nada que desobligue.

Todo o casi todo es mentira porque cae o puede caer. Lo único que es fiel es esta sed de algo por lo que vivir. Pero tampoco lo es absolutamente puesto que está entre otras sedes y hambres y se alterna con ellas, y puede desaparecer por varios años y reaparecer. No creo en nada de lo que me enseñaron. No me importa nada. Sobre todo no me importan los convencionalismos y el demonio sabe hasta dónde y hasta qué extremo infecto somos convencionales.

Convencionalismos poéticos y literarios.

Hasta el ser joven en un convencionalismo. Y la rebelión y la anarquía pueriles. Y el mito del poeta. El mito de la cultura. Hasta el comunismo y el socialismo de mis amigos es un nauseabundo convencionalismo. Como si se pudieran cambiar las cosas hablando y negando. Yo estoy en contra. Ni religión ni política ni orden ni anarquía. Estoy contra lo que niega la verdadera vida. Y todo la niega. Por eso quiero llorar y no me avergüenzo o sí me avergüenzo y quiero esconderme y hasta tengo vergüenza de suicidarme.

Las luchas o contiendas poéticas de B[ueno]s A[ire]s me hacen reír, ahora que estoy lejos. Arte de vanguardia, sonetos dominicales. Todo esto es tan imbécil. Minúsculas, puntuación y rima. Como si alguno se hubiera despertado, una mañana, con ganas de bañarse en alcohol y prenderse fuego porque las palabras no dicen, y el lenguaje está podrido, está impotente y seco. Mis jóvenes amigos vanguardistas son tan convencionales como los profesores de literatura. Y si aman a Rimbaud no es por lo que aulló Rimbaud: es por el deslumbramiento que les producen algunas palabras que jamás podrán comprender. Además, las contiendas literarias sólo las hacen los que están contentos y bien instalados en este mundo. Es una actividad suplementaria, un hobby nocturno, mientras se está en la cama reposando, tomando café o whisky.

Todo esto es tan idiota. Y yo, yo también hablé. Yo también abrí la boca y la llené de miasmas. Pero ahora sé. Ahora sé que no me importa nada. Ahora sé que todo me importa y quiero reventar y quemarme y estallar. Porque esto no es la vida. Y esto no es la poesía. Y quiero cantar y no hay qué cantar, a quién cantar. Sólo hay mierda y a la mierda se la insulta. Pero yo quisiera cantar.

Ampararme en la imagen de mí disparada por mis ojos mudos.

La pieza se cerró y la luz se amaba en la soledad. Todas las cosas estaban de parte mía. Tensión insoportable de los colores y las formas.

La luz se abrió como una herida. El cuerpo sin cabeza entró apartando con un gesto brusco la cortina inexistente. Me hundí en la cama y el cuerpo me siguió. Las cosas hicieron un seco ruido como un músculo al distenderse. Me metí en lo oscuro del abrazo y no vi más que sus labios.


***
Texto: Diarios: Cuaderno de octubre de 1960 a 1961.
Imagen: autorretrato de Francesca Woodman.

23.6.16

Privilegio



I

Ya he perdido el nombre que me llamaba,
su rostro rueda por mí
como el sonido del agua en la noche,
del agua cayendo en el agua.
Y es su sonrisa la última sobreviviente,
no mi memoria.

II

El más hermoso
en la noche de los que se van,
oh deseado,
es sin fin tu no volver,
sombra tú hasta el día de los días.



***
Texto: Extracción de la piedra de locura (1968).
Imagen: Hiroshima Mon Amour (1959), Alain Resnais.

6.6.16

Alguien cae...



                                    Alguien
                                        cae
                                               en
                                                       su
                                                             primera caída.




***
Texto: Poesía completa (Lumen).
Imagen: "El eco de mis muertes" de Santiago Caruso.

4.6.16

Affiche



me esforcé tanto
por aprender a leer
en mi llanto




***
Texto: Poesía completa (Lumen).
Imagen: escena de Vivre sa Vie (1962) de Jean-Luc Godard.

1.6.16

Se revela y se alumbra, de Elizabeth Azcona Cranwell


                    a Alejandra Pizarnik

Quisimos que el amor dijera el porvenir, el oculto mecanismo
      del tiempo, el ruido de la vida.

Le supimos la voz, su propia música oscura en las ventanas.
Y no ha quedado nada, ni un leve resplandor desdeñando su
      forma por las cosas del mundo.

Sin embargo en la rosa tantas veces mirada se ha encendido
      una luz que transforma el sentido de la noche.



***
Texto: poema de Elizabeth Azcona Cranwell, tomado del blog Emma Gunst.
Imagen: "Mirror" de Kamil Vojnar.