El rostro de Van Gogh. Humano demasiado humano. Su cabeza rapada para desafiar a los pájaros. Su mentón encerrado en la atmósfera de los amarillos. Y la nariz recaudando borrascas. Y los labios absorbiendo pinceladas. Y la frente mirando el haz que camina tentador luminoso. Y los ojos. ¡Los ojos! Como las negras piedras que se arroja contra los solitarios. Con la más insignificante reducción de Lo Terrible. Dramaticidad insoluble. Vértigos zambullidos. Alambres traspasados por las pupilas de las piedras. Raíces magnéticas que jamás se desarrollan… ¡Humano! ¡Demasiado humano!
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Texto: junio de 1955, Diarios (Lumen, 2013).
Imagen: "Autorretrato con sombrero de paja" (1887), Vincent van Gogh.
Acabo de descubrir tu blog y me encanta. Gracias por hacer algo tan fantástico.
ResponderBorrarBello lo que dices
ResponderBorrarNos tienes olvidados
hace tiempo bella que no te veo por mi casa
Hola Alejandra tanto tiempo sin leerte Un abrazo te he encontrado
ResponderBorrarHumano, demasiado humano... ¡Def Con Dos!
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