2.10.12

Donde el mal no bebe


Cuando los niños secuestrados por el viento
adheridos a su cintura sembrada de melodías
estallan en vagidos amarillos
mi corazón quiere asesinar.

He viajado muchas vidas montada en el viento. 
Por eso canto sobre el ayer y el hoy
y mi voz tiene el hastío dulcísimo
de lo que aún no nació.

Recuerdo los sermones del viento
y sus lentos secretos robados a la bruja
-ella, la que ahora alimenta el fuego maldito
con mis cabellos-.
Recuerdo cuando el tren con alas se detuvo
y yo debí descender
y llorar en medio de multitudes.

Nostalgia del viento,
del candor, de la melodía.
Anhelo de volver
y de volver a ser.

No consuelos,
no cantos a los fantasmas,
no algodones rosados en las venas,
sino la lenta ternura lunar
y también el último beso
del viento.


***
Texto: poema publicado en revista Serpentina (Buenos Aires, 1957) y tomado del blog Alejandra Pizarnik: pública y secreta.
Imagen: Autorretrato en el albergue del caballo de Alba de Leonora Carrington.

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