24.8.07

Alejandra secreta


Palabras que riman con Pizarnik

"Alejandra secreta" es el último libro de poesía de la escritora Inés Malinow, allí se interna en la poética de Alejandra Pizarnik, un ícono de la literatura argentina.

Alejandra Pizarnik e Inés Malinow se conocieron bastante, con esa frecuencia de una época dorada de artistas unidos por la belleza, la reflexión y el descubrimiento de libertades. Malinow utilizó las cartas que le cedió el psicoanalista León Ostrov, otro personaje, que además de tener como paciente a Pizarnik, tuvo con ella una profunda amistad. Sobre esas cartas edifica la escritora en "Alejandra secreta" poemas que son como pinceladas de una vida.
-¿Cómo es el origen de esta "Alejandra secreta"?
- Conocí bastante a Alejandra Pizarnik hace años. Ella murió alrededor de 1962, vivía relativamente cerca de mío, creo que por las calles Talcahuano y Charcas en Buenos Aires. A veces la veía comprando en una fiambrería donde éramos clientes. Siempre se quejaba de que sus amores no le correspondían, aunque todos podríamos quejarnos, porque una de las definiciones del amor es que vos te enamorás, es lo que le pasa a uno, más allá de lo que el otro pueda sentir... Le pasó a Alejandra y nos pasó a todos, pero ella tenía una orfandad afectiva, y León Ostrov, que fue su psicoanalista y amigo recibía cartas de ella. Después me enteré que Alejandra le mandaba cartas a todo el mundo, lo cierto es que Ostrov me regaló esa veintena de cartas, aunque después se las devolví, dado que años después Pizarnik era más famosa. Con él también fuimos muy amigos, algo que parecía no gustarle a su mujer; estuvimos con un grupo en Piriápolis y la pasamos muy bien. Era una época donde en las relaciones todo era muy elegante, también fue una época en que Alejandra venía mucho a casa, yo creo que le gustaba nuestra amistad. Yo entonces vivía en Elcano y Conde en un departamento chico, donde ella venía y charlábamos de poesía y me explicaba como hacía sus poemas. Era muy interesante, aunque todos los hemos hecho de la misma manera: cambiando palabras, moviéndolas de lugar, porque aunque no tengan rima siempre tienen que tener música. Incluso vino a almorzar con una amiga y llegaron muy tarde. Era fea, aunque con el tiempo ya no la veo así, eso me parecía a los 25 años. Pero su mirada estaba llena de inteligencia como todo lo que decía. Y tenía una risa fuerte muy peculiar.
-¿ Y su poética?
- Hay gente dotada para la música o para la poesía. Ella empezaba por tener un vocabulario muy hermoso, muy misterioso, que se iba aclarando en sus poemas, donde siempre la orfandad y la necesidad de amor eran muy patentes. A ella no le fue bien en el amor, había cierta ambigüedad en sus relaciones. Ella se enamora de un muchacho en París, donde todos hacen cualquier cosa, se entregan a hacer lo que quieren. Pero también se había enamorado de una chica, y después de otras. Yo la encontré en París y había comprado un par de guantes muy finos para regalar a uno de sus amores, pero me dijo : " esto no lo van a apreciar..", estaba siempre con ese tipo de inseguridades. Vivía lejos por Avellaneda o Barracas. Me acuerdo que una vez celebró un cumpleaños y nos divertimos mucho. Todo eso está en mi libro. También era un poco snob, porque provenía de una familia humilde y el poder tener amistades " de alcurnia" a ella le maravillaba. También era snob su lápiz y lo mostraba, el " lápiz de plata" chato era lindo, pero lo lápices siempre eran más lindos que lo que se podía escribir con ellos. Aunque ella escribía maravillosamente, porque para mi tenía el gran vocabulario de la soledad, de la melancolía, de la profundidad.
-Se dice en el libro que los poemas se escriben con palabras ¿solamente?
- Se escriben con palabras, pero señalo que son palabras que provienen del sentimiento, de la hondura. Será tal vez por eso que yo hace fácilmente l0 años que tengo la idea de escribir sobre Alejandra, y en el medio hice varios libros como el de Ana Frank, otra adolescente. Aunque Alejandra no lo era, pero la suya parecía una adolescencia prolongada. Ella estaba preocupada por su madre, el padre había muerto , y ella siempre temía que sus padres descubrieran que ella era distinta. En primer lugar por su sensibilidad, que hacía que su poesía fuera diferente. Ella fue muy amiga de Olga Orozco, cuya poesía era totalmente opuesta a la de Alejandra, Olga hacía grandes párrafos dentro de su magnífica poética, era la obra de una mujer adulta, mientras que lo de Alejandra fue otra cosa. Olga Orozco fue muy querida por su hermana y por su marido, que incluso le dejó mucho dinero, y todo eso da seguridad. Alejandra, con sus amores y sus inseguridades era muy admirada por todos, y no se si ella lo sabía, porque tenía muchas dudas de su valer.
-¿El ir a París el dio más seguridad o libertad?
- En principio si, porque como dice Mario Benedetti un argentino que no va a París es un uruguayo. Había que ir a París, que ha sido la gran confluencia de distintas culturas, y era una ciudad muy libre, un imán para toda la gente que quería hacer algo.
-¿Hubo cambios en tu trabajo literario , en tu poesía?
- Dije que para eso hay que estar dotado, como para la música o la danza. Pero tu cultura ayuda mucho en la poesía y en toda tu obra. Hay un pequeño poema de Alejandra Pizarnik que dice: " ..el sabía..". Saber en poesía es la unión de la cultura con el sentimiento y la palabra. En sus cartas Alejandra se queja de no haber podido terminar sus estudios en Filosofía y Letras, donde conoció a Ostrov. Será también por mis conocimientos que él me dio sus cartas, porque yo las iba a poder utilizar en el buen sentido, difundir, hablar de nuevo de Alejandra, que por otra parte tiene mucha gente que escribió sobre ella. Yo creo que en mi caso la poesía fue madurando como una fruta. La personalidad es la que madura.
Julio Pagani
Retratos poéticos
"Por ese entonces yo vivía entre Belgrano R y Chacarita, Alejandra solía visitarme con algún pretexto, ya le había hecho algunas entrevistas después de su viaje a Europa. Pero creo que la traía un auténtico cariño hacia mis hijas, muy pequeñas en esa época; ella entraba con sus pantalones rojos y con su caminar de patito desabrido.... Algunas veces nos encontrábamos en lo de la pintora Mina Gondler, estaban presentes también Elizabeth Azcona, Romilio Ribero y otros poetas y pintores. En una oportunidad le presté un tapado en color beige a rayas ...y cuando me lo devolvió, tenía un olor tan imposible a cigarrillo que ninguna tintorería logró hacérselo perder...Le maravillaba estar rodeada de gente que la estimaba, en su pequeña habitación caía su carcajada, llenaba de a poco todos los espacios, éramos muy inmortales, con Susana Thénon y Ana María Barrenechea entre otros amigos. No sabíamos más que reírnos, los pulmones llenos de humo y poesía....", dice Malinow. Esto lo cuenta en "Alejandra Secreta" y es otra de sus pinturas poéticas que resumen instantes plenos. (J.P.)

Nota (imagen): Alejandra Pizarnik
Nota (texto): Tomado de http://www.rionegro.com.ar/arch200209/c17j01.html