Debajo de mi vestido ardía un campo con flores alegres
como los niños de la medianoche.
El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo la palabra
tierra. Palabra o presencia seguida por animales perfumados;
triste como sí misma, hermosa como el suicidio; y que me
sobrevuela como una dinastía de soles.
***
Imágenes: fotografía del Conde de Lautréamont y carátula de la edición de Los cantos de Maldoror de la edición de 1890 por León Genonceaux.
Texto: poema del Infierno musical (1971).
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