Mensajeros en la noche
anunciaron lo que no oímos.
Se buscó debajo del aullido
de la luz.
Se quiso detener el avance
de las manos enguantadas
que estrangulaban a la
inocencia.
Y si se escondieron en la
casa de mi sangre,
¿cómo no me arrastro hasta
el amado
que muere detrás de mi
ternura?
¿Por qué no huyo
y me persigo con cuchillos
y me deliro?
De muerte se ha tejido cada
instante.
Yo devoro la furia como un
ángel idiota
invadido de malezas
que le impiden recordar el
color del cielo.
Pero ellos y yo sabemos
que el cielo tiene el color
de la infancia muerta.
***
Imagen: "She-wolf" de Jackson Pollock, arte tomado de Mark Harden's Artchive.
Texto: Las aventuras perdidas (1958).
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