En el marco de la celebración del centenario del nacimiento del escritor Octavio Paz (31.3.1914- 19.4.1998), copiamos su prólogo al poemario Árbol de Diana (1962) de Alejandra Pizarnik. Asimismo, agregamos la traducción al inglés realizada por Joseph Mulligan del blog The Smelting Process.
ÁRBOL DE DIANA de Alejandra Pizarnik. (Quím.): cristalización verbal por amalgama de insomnio pasional y lucidez meridiana en una disolución de la realidad sometida a las más altas temperaturas. El producto no contiene una sola partícula de mentira. (Bot.): el árbol de Diana es transparente y no da sombra. Tiene luz propia, centelleante y breve. Nace en las tierras resecas de América. La hostilidad del clima, la inclemencia de los discursos y la gritería, la opacidad general de las especies pensantes, sus vecinas, por un fenómeno de compensación bien conocido, estimulan las propiedades luminosas de esta planta. No tiene raíces; el tallo es un cono de luz ligeramente obsesiva; las hojas son pequeñas, cubiertas por cuatro o cinco líneas de escritura fosforescente, pecíolo elegante y agresivo, márgenes dentadas; las flores son diáfanas, separadas las femeninas de las masculinas, las primeras axilares, casi sonámbulas y solitarias, las segundas en espigas, espoletas y, más raras veces, púas. (Mit. y Etnogr.): los antiguos creían que el arco de la diosa era una rama desgajada del árbol de Diana. La cicatriz del tronco era considerada como el sexo (femenino) del cosmos. Quizá se trata de una higuera mítica (la savia de las ramas tiernas es lechosa, lunar). El mito alude posiblemente a un sacrificio por desmembración: un adolescente (¿hombre o mujer?) era descuartizado cada luna nueva, para estimular la reproducción de las imágenes en la boca de la profetisa (arquetipo de la unión de los mundos inferiores y superiores). El árbol de Diana es uno de los atributos masculinos de la deidad femenina. Algunos ven en esto una confirmación suplementaria del origen hermafrodita de la materia gris y, acaso, de todas las materias; otros deducen que es un caso de expropiación de la sustancia masculina solar: el rito sería sólo una ceremonia de mutilación mágica del rayo primordial. En el estado actual de nuestros conocimientos es imposible decidirse por cualquiera de estas dos hipótesis. Señalemos, sin embargo, los participantes comían después carbones incandescentes, costumbre que perdura hasta nuestros días. (Blas.): escudo de armas parlantes. (Fís.): durante mucho tiempo se negó la realidad física del árbol de Diana. En efecto, debido a su extraordinaria transparencia, pocos pueden verlo. Soledad, concentración y un afinamiento general de la sensibilidad son requisitos indispensables para la visión. Algunas personas, con reputación de inteligencia, se quejan de que, a pesar de su preparación, no ven nada. Para disipar su error, basta recordar que el árbol de Diana no es un cuerpo que se pueda ver: es un objeto (animado) que nos deja ver más allá, un instrumento natural de visión. Por lo demás, una pequeña prueba de crítica experimental desvanecerá, efectiva y definitivamente, los prejuicios de la ilustración contemporánea: colocado frente al sol, el árbol de Diana refleja sus rayos y los reúne en un foco central llamado poema, que produce un calor luminoso capaz de quemar, fundir y hasta volatilizar a los incrédulos. Se recomienda esta prueba a los críticos literarios de nuestra lengua.
Octavio Paz
París, abril de 1962
TREE OF DIANA by Alejandra Pizarnik. (Chem.): verbal crystallization by amalgamation of passionate insomnia & meridian lucidity in a solution of reality subjected to the highest of temperatures. The compound does not contain any deceitful particle at all. (Bot.): the tree of Diana is transparent & gives off no shade. It has its own light, twinkling & brief. It is born in the arid regions of America. The hostility of the climate, the inclemency of the discourses & shouting matches, the general opacity of the thinking species, its neighbors, due to a phenomenon of well-known compensation, stimulates the luminous properties of this plant. It has no roots; the stalk is a cone of slightly obsessive light; the leaves are small, covered by four or five lines of phosphorescent writing, elegant & aggressive buds, toothed edges; the flowers are diaphanous, the females separated from the males, the first axillary, almost somnambulant & solitary. The latter ones in beards, thistles and, more rarely, thorns. (Myth. & Ethno.): the ancients believed that the arc of the goddess was a branch dangling from the tree of Diana. The scar of the trunk was considered as the (feminine) sex of the cosmos. It may refer to a mythical Fig Tree (the sap from the branches is milky, lunar). The myth may allude to sacrifice by dismemberment: an adolescent (male or female?) was chopped apart each new moon, in order to stimulate the reproduction of the images in the mouth of the prophetesses (archetype of the union of the lower & upper worlds). The tree of Diana is one of the masculine attributes of the feminine deity. Some see in this the supplementary confirmation of the hermaphroditic origin of gray matter and, perhaps, all matter; others deduce that it is a case of expropriation of the masculine solar substance: the rite would only be a ceremony of magical mutilation of the primordial ray. In the current state of our understanding, it is impossible to decide on any of these hypotheses. Let us point out, however, that the participants afterward ate incandescent embers—a custom that persists in the present day. (Blaz.): a talking coat of arms. (Phys.): for a long time the physical reality of the tree of Diana was denied. In effect, due to its extraordinary transparency, few can see it. Solitude, concentration & a general refinement of one’s sensibility are indispensable requisites for the vision. Some people, with a reputation for being intelligent, complain that, despite their preparation, they see nothing. In order to dispel their error, it suffices to recall that the tree of Diana is not a body that one may see: it is an (animate) object that allows us to see beyond, a natural instrument of vision. In any case, a small test of experimental criticism will, effectively & definitively, lay to rest the prejudices of the contemporary illustration: placed facing the sun, the tree of Diana reflects its rays & joins them in a central filament called a poem, which produces a luminous heat capable of burning, smelting & even volatilizing the non-believers. This test is recommended to the literary critics of our language.
Octavio Paz
Paris, April of 1962
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Imágenes: Octavio Paz y Alejandra Pizarnik en sus respectivas bibliotecas.
Texto original: Árbol de Diana (1962).
Texto traducido: tomado del blog The Smelting Process de Joseph Mulligan.
1 comentario:
Hola, comparto tu blog en el mío, en la página "escritores" muchas gracias por tu aportación. Muy buena página.
Mi blog es http://eldiariointimodemilocurainfinita.blogspot.com.es/
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