Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto.
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Texto: fragmento de "El espejo de la melancolía", La condesa Sangrienta.
Foto: Édouard Boubat.
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