[...] Fumaba a lo largo del Sena y cerca del quai Voltaire bajé a ver el río. Había mendigos bebiendo o silenciando o cantando o fornicando. Me acerqué a los que bebían y les dije:
-Cuando me muera muy pronto, si alguna vez muero, no recordarán el olor a tristeza del río, no recordarán el gusto del vino atado a la lengua, no recordarán el color de la noche en los ojos de los ahogados sino que recordarán mi voz, mis palabras que flotan como máscaras, como cáscaras vacías que nunca contuvieron nada, y recordarán mis ojos verdes que pagaron al amor el más alto tributo, y recordarán mi nombre que significó mucho para quien lo llevó como un arma en la noche de los grandes reconocimientos y del dolor sin desenlace. [...]
Nota (imagen): Fotografía de los rusos Alexei Kozolov y Marina Khlebnikova.
Nota (texto): Pizarnik. Diarios. Barcelona: Lumen.
5 comentarios:
Corazón de clocharde en el paraíso de los que no saben, no pueden, el verbo sostenido del péndulo sin una quietud que los amanse.
Dolorosamente preciosos los textos del diario de Ale.
Un abrazo, Maga!
Toda la obra de Alejandra es más que inteligente y conmovedora, y dolorosamente bella.
Un abrazo, Maga!
un dia mas, unas horas en las que uno recorre rincones con historia, donde uno se siente denigrado por el paso del tiempo, sensaciones, enigmas certeros de aquellos dias de alejandrita...
saludos!
Tu voz, tus palabras y tu nombre… todo querida Maga me deslumbra en las noches de insomnio. El cronopio de triste figura
Gracias, cronopio amado...
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