Vi una vieja mendiga durmiendo en el suelo abrazada a una muñeca. (Yo no la vi. Mis ojos la vieron). Por qué esta mujer en el suelo frío, por qué duerme y hace la noche en ella y por qué necesita en su gran oscuridad abrazar a una mueca (sic.) [muñeca] enorme, nueva, bella, y por qué no duerme sin abrazarse a nada, así como vino a este mundo y por qué la gente necesita abrazarse a algo en particular esta vieja a una muñeca. Las muñecas no necesitan abrazar viejas para dormir…
Vi una vieja mendiga durmiendo en el suelo abrazada a una muñeca. Yo no la vi. Mis ojos la vieron. Y tuve miedo porque me dije por qué tantos pies y paraguas y perros y árboles y esta mujer en el suelo frío y por qué duerme y hace la noche en ella y por qué necesita —en su gran obscuridad— abrazar una muñeca enorme, nueva, bella, y por qué la gente necesita abrazarse a algo, y en particular esta vieja a una muñeca.
Nota (imagen): Memento mori: niña con muñecas.
Nota (texto): Alejandra Pizarnik. Diarios. Editorial Lumen.