Creo no exagerar si considero a Bajarlía [Juan Jacobo] una especie de Virgilio para la Alajandra de dieciocho años que, por primera vez, se aventuraba en lo que luego sería 'su' medio por derecho propio, pues además de revelarle algunos de los nombres fundamentales para la configuración de su "familia literaria" y su línea de filiación poética, fue la primera mirada 'autorizada' a quien le mostró sus poemas —en largas conversaciones y lecturas por los cafés donde circulaban los escritores de la época—, quien la ayudó a corregir todos los textos que después formarían parte de su primer libro,
La tierra más ajena —pagado por su padre—, quien le presentó a su primer editor, Arturo Cuadrado, y quien la introdujo entre los primeros artistas con los que entró en contacto —Juan Batle Planas, Oliverio Girondo, Aldo Pellegrini—, es decir, algunas de las figuras centrales del grupo surrealista e invencionista argentino.
Nota (imagen): 'Beatriz intercede por Dante ante Virgilio" por Gutavo Doré.
Nota (texto): Alejandra Pizarnik por Cristina Piña.