29.4.12

Este no es tu cumpleaños número 76


"Este viaje fue un error".


 




***
Imágenes: detalles de dibujo, incluido en Alejandra Pizarnik. Dos poemas iniciales (Del Centro Editores).
Texto: leyenda escrita por Pizarnik en el dibujo.

27.4.12

Les travaux et les nuits


pour reconnaître mon emblème dans la soif
pour signifier l'unique songe
pour ne plus jamais trouver substance dans l'amour
je ne fus rien qu'offrande
errance nue
de louve à travers bois
parmi la nuit des corps
pour dire la parole innocente.


***
Texto: "Los trabajos y las noches", poema de Alejandra Pizarnik traducido al francés por Michel Fontenés y tomado de Socialismo Peruano Amauta. Este poema pertenece al libro Los trabajos y las noches (1965).
Imagen: fotografía de Alejandra Pizarnik. 

26.4.12

La notte


So poco della notte
ma la notte sembra sapere di me,
e in più, mi cura come se mi amasse,
mi copre la coscienza con le sue stelle.
Forse la notte è la vita e il sole la morte.
Forse la notte è niente
e le congetture sopra di lei niente
e gli esseri che la vivono niente.
Forse le parole sono l’unica cosa che esiste
nell’enorme vuoto dei secoli
che ci graffiano l’anima con i loro ricordi.
Ma la notte deve conoscere la miseria
che beve dal nostro sangue e dalle nostre idee.
Deve scaraventare odio sui nostri sguardi
sapendoli pieni di interessi, di non incontri.
Ma accade che ascolto la notte piangere nelle mie ossa.
La sua lacrima immensa delira
e grida che qualcosa se n’è andato per sempre.
Un giorno torneremo ad essere.


***
Texto: poema "La noche", traducido del italiano por Florinda Fusco para la revista Trame di letteratura comparata, año IV, 2004, número 8/9.
Imagen: "El ángel envidioso" de José Miguel Rojas.

23.4.12

Ce soir, dans ce monde

                           
             à Martha Isabel Moïa


ce soir dans ce monde
les mots du rêve de l’enfance de la mort
il n’est jamais « ça », ce que l’on veut dire
la langue natale châtre
la langue est un organe de connaissance
de l’échec de tout poème
castré par sa propre langue
qui est l’organe de la ré-création
de la re-connaissance
mais non celui de la résurrection
de quelque chose en guise de négation
de mon horizon de maldoror avec son chien
et rien n’est promesse
entre le dicible
qui équivaut à mentir
(tout ce que l’on peut dire est mensonge)
le reste est silence
sauf que le silence n’existe pas


non
les mots
ne font pas l’amour
ils font l’absence
si je dis « eau », boirais-je?
si je dis « pain », mangerais-je?

ce soir dans ce monde
extraordinaire silence, que celui de cette nuit!
ce qui se passe avec l’âme est-ce qu’on ne la voit pas
ce qui se passe avec l’esprit est-ce qu’on ne le voit pas
d’où vient-elle cette conspiration d’invisibilités?
aucun mot n’est visible

ombres
enceintes visqueuses où se cache
la pierre de la folie
couloirs sombres
je les ai parcourus tous
ô reste un peu plus parmi nous!

ma personne est blessée
ma première personne du singulier

j’écris comme qui… avec un couteau empoigné dans le noir
j’écris comme je suis en train de dire
la sincérité absolue continuerait étant
l’impossible
ô reste un peu plus parmi nous!

les ébrèchements des mots
en délogeant le palais du langage
la connaissance entre les jambes
qu’as-tu fais du don du sexe?
ô mes morts!

je les ai mangés, j’ai avalé de travers
j’en peux plus, de n’en pouvoir plus


des mots muselés
tout glisse
vers la sombre liquéfaction

et le chien de maldoror
ce soir dans ce monde
où tout est possible
hormis le poème

je parle
en sachant qu’il ne s’agit pas de ça
toujours, il ne s’agit pas de ça
ô aide-moi à écrire le poème le plus oubliable!
celui que ne soit pas bon, même pas
à être inutile
aide-moi à écrire des mots
ce soir dans ce monde
***
Texto: la traducción del poema "En esta noche, en este mundo" de Alejandra Pizarnik fue realizada por el escritor Carlos Alvarado.
Imagen: fotografía de Thomas Karsten, tomada del blog Noctambulario.

19.4.12

The awakening



         to León Ostrov


Lord
The cage has become a bird
and has flown away
and my heart is crazy
because it howls at death
and smiles behind the wind
at my ravings

What will I do with my fear
What will I do with my fear

Light no longer dances in my smile
nor do seasons burn doves in my ideas
and gone where death
teaches the dead to live

Lord
The air punishes my body
Behind the air there are monsters
that drink my blood

It is a disaster
It is the hour of emptiness not empty
It is the moment to bolt closed the lips
to hear the screaming of the condmned
to study each one of my names
hanged by its neck in nothingness

Lord
I am twenty years old
My eyes are also twenty
Yet say nothing

Lord
I have lived out my life in an instant
The last innocence shattered
Now is never or nevermore
or simply was

How is it I don't kill myself in front of a mirror
and disappear to reappear in the sea
where a great ship would await me
with its lights burning?

How is it I don't pull out my veins
and with them build a ladder
to flee to the other side of night?

The beginning has given birth to the end
Everything will remain the same
The worn-out smiles
The concerned concern
The questions of stone on stone
The grimaces that mimic love
Everything will remain the same

But my arms insist on embracing the world
because they still haven't been taught
that it's too late

Lord
Throw the coffins out of my blood

I remember the black mornings of sun
when I was a girl
which is to say yesterday
which is to say centuries ago

Lord
The cage has become a bird
and has devoured my hopes

Lord
The cage has become a bird
What will I do with my fear


***
Imagen: fotografía tomada de Alejandra Pizarnik. A Profile.
Texto: traducción del poema "El despertar" de Alejandra Pizarnik. El texto fue tomado de Alejandra Pizarnik. A Profile y la traducción fue realizada por María Rosa Fort y Frank Graziano.

4.4.12

Una traición mística


 “He aquí al idiota que recibía cartas del extranjero”.
                                                           Éluard

            Hablo de una traición, hablo de un místico embaucar, de la pasión de la irrealidad y de la realidad de las casas mortuorias de los cuerpos en sudarios y de los retratos nupciales.
            Nada prueba que no clavó agujas en mi imagen, hasta resulta extraño que yo no le haya enviado mi fotografía acompañada de agujas y de un manual de instrucciones. ¿Cómo empezó esta historia? Es lo que quiero indagar pero con voz solamente mía y eliminando todo designio poético. No poesía sino policía.
            Como una madre que no quiere dejar irse de sí a su niño que ya está nacido, así su absorción silenciosa. Yo me arrojo en su silencio; yo, ebria de presentimientos mágicos acerca de una unión con el silencio.
            Recuerdo. Una noche de gritos. Yo subía y no tenía posibilidad de arrepentirme; subía cada vez más alto sin saber si llegaría a un encuentro de fusión o si me quedaría toda la vida con la cabeza clavada en un poste. Era como tragar olas de silencio, mis labios se movían como debajo del agua, me ahogaba, era como si estuviera tragando silencio. En mí éramos yo y el silencio. Esa noche me arrojé desde la torre más alta. Y cuando estuvimos en lo alto de la ola, supe que eso era lo mío, y aun lo que he buscado en los poemas, en los cuadros, en la música, era un ser llevada a lo alto de la ola. No sé cómo me abandoné, pero era como un poema genial: no podía no ser escrito. ¿Y por qué no me quedé allí y no morí? Era el sueño de la más alta muerte, el sueño de morir haciendo el poema en un espacio ceremonial donde palabras como amor, poesía y libertad eran actos en cuerpo vivo.
            A esto pretende su silencio.
            Crea un silencio en el que yo reconozca mi lugar de reposo cuando la prueba de fuego de su afección tuvo que haber sido mantenerme lejos del silencio, tuvo que haber sido vedarme el acceso a esa zona de silencio exterminador.
            Comprendo, de nada sirve comprender, a nadie nunca le ha servido comprender, y sé que ahora necesito remontarme a la raíz de esa fascinación silenciosa, de esta oquedad que se abre para que yo entre, yo el holocausto, yo la víctima propiciatoria. Su persona es menos que un fantasma, que un nombre, que vacío. Alguien me bebe desde la otra orilla, alguien me succiona, me abandona exangüe. Estoy muriendo porque alguien ha creado un silencio para mí.
            Fue un trabajo magistral, una infiltración retórica, una lenta invasión (tribu de palabras puras, hordas de discursos alados). Voy a intentar desenlazarme, pero no en silencio, pues el silencio es el lugar peligroso. Tengo que escribir mucho, que plasmar expresiones para que poco a poco se calle su silencio y entonces se borre su persona que no quiero amar, ni siquiera se trata de amor sino de fascinación imponderable y en consecuencia indecible (acercarme a la dura, a la blanda niebla de su persona lejana, pero hunde el cuchillo, desgarra, y un espacio circular hecho del silencio de tu poema, el poema que escribirás después, en el lugar de la masacre). No es más que un silencio, pero esta necesidad de enemigos reales y de amores mentales, ¿cómo la comprendió desde mis cartas? Un juego magistral.
            Ahora mis pasos de loba ansiosa en derredor del círculo de luz donde deslizan la correspondencia. Sus cartas crean un segundo silencio más denso aunque el de sus ojos desde la ventana de su casa frente al puerto. El segundo silencio  de sus cartas da lugar al tercer silencio hecho de falta de cartas. También hay el silencio que oscila entre el segundo y el tercero: cartas cifradas en las que dice para no decir. Toda la gama de los silencios en tanto de ese lado beben la sangre que siento perder de este lado.
            No obstante, si no existiera esta correspondencia vampírica, me moriría de falta de una correspondencia así. Alguien que amé en otra vida, en ninguna vida, en todas las vidas. Alguien a quien amar desde mi lugar de reminiscencias, a quien ofrendarme, a quien sacrificarme como si con ello cumpliera una justa devolución o restableciera el equilibrio cósmico.
            Su silencio es un útero, es la muerte. Una noche soñé una carta cubierta de sangre y heces; era en un páramo y la carta gemía como un gato. No. Voy a romper el hechizo. Voy a escribir como llora un niño, es decir: no llora porque esté triste sino que llora para informar, tranquilamente.

                                                                                                                      1966

***
Imagen: detalle de El éxtasis de Santa Teresa de Gian Lorenzo Bernini.
Texto: Alejandra Pizarnik. Prosa completa (Lumen).